miércoles, 31 de mayo de 2017

El día más esperado

Tu cumpleaños, ese día en el que sumas un año más, en edad, pero también un año más de experiencias, anécdotas, momentos...un día muy especial en el que festejas con los tuyos eso, precisamente: todo lo que ha pasado pero también todo lo que queda por venir, ese día en el que...¡espera!, me estoy poniendo demasiado profundo...¡estamos hablando del cumpleaños de un niño!, empiezo de nuevo...tu cumpleaños, ese día que esperas ansiadamente y recuerdas hasta varios meses antes, ese día que vives con emoción exacerbada  - hasta la semana previa - en la que parece que ha pasado un ángel por lo bien que te comportas durante toda ella...por el miedo de no recibir más regalos ¿quizá?, lo dicho...un "eventazo" en toda regla que se convierte cada año -podríamos decir sin ninguna duda- en el día más esperado.



Pues bien, el au pair -seguimos considerándonos "una especie aparte" - como "ente adherido" al hostchild o niño de acogida- básicamente porque vives muchas horas al día con él y es difícil no terminar sintiendo vinculación en muchos aspectos - , lo vive todo igual de intensamente que él y, por lo tanto, su cumpleaños se convierte en un evento marcadísisimo en tu calendario, como lo está en el suyo. A mi ,en concreto, me ha hecho revivir - desde otro punto de vista - ese gusanillo de años atrás -tampoco muchos- en el estómago en la semana de tu cumpleaños que te marca , cual reloj, que el momento se acerca...,ese "come come" sobre los regalos que familiares, amigos, etc. te brindaran en tu día y esa anticipación sobre como será la celebración con tus amigos y a quien invitarás.

En mi caso la idea del cumpleaños de Riley quedaron coletazos sobre él a lo largo de los primeros meses en los que, Riley de vuelta a casa después del colegio (durante aquellos días en los que aún estábamos cogiendo confianza) me decía enfadado: Oh! You must get me a present for my birthday...It´s a rule in mi house / ¡Oh! Tienes que comprarme algo de regalo para mi cumple...¡es una regla en mi casa! -mientras yo le picaba diciéndole que igual no le regalaba nada...o comentarios de Imogen sobre la celebración y en lo que ésta cambiaría si nos mudábamos o no de la casa. Sin embargo, el momento se presentaba como realmente cercano aproximadamente¡un mes antes! (vaya ironía) cuando Riley, de repente, se acordaba de que su cumpleaños estaba por llegar y soltaba un excitado Two weeks and my birthday week!!!! / ¡¡¡¡Dos semanas y la semana de mi cumple!!!! o My birthday is really near!! / ¡¡Mi cumple está muy cerca!!...así como Imogen planificaba cómo sería la celebración, que finalmente consistió en un sábado con el mejor amigísimo de Riley - Sebastian - en Legoland.

Y la semana de cumpleaños llegó, pero no estuvo sólo marcada por el eventazo al final de ella - Viernes 12 de Mayo - del cumpleaños de Riley...tras varios meses atrás de clases en el Kingston College - de Enero a Marzo,  las mañanas de lunes, jueves y viernes - así como , a partir de Marzo, preparación por mi cuenta con ayuda de una compañera del college (que también se presentaba)...se avecinaba lenta pero decididamente el examen oficial de Cambridge (una de mis metas este año) el día siguiente al cumpleaños, el sábado 13 de Mayo. Lo cual hizo que el eventazo perdiera algo de importancia para mí a lo largo de las mañanas - las cuales me dedicaba básicamente a estudiar, repasar y hacer ejercicios - y la cobrase de nuevo por la tarde cuando iba a recoger a un , cada día más, emocionado Riley.

Pero no suficiente con esta "saturación de eventos" en el fin de semana, también había otra fecha marcada, esta vez más para mí que nadie más, en el calendario ese fin de semana...¡¡Eurovisión!!...sí me declaro abiertamente eurofan y, aunque este año no prometía demasiado "españolmente" hablando, es un evento que no me puedo perder, así que el babysitting que Imogen me tenía preparado para la noche del 13 de Mayo - sí... después de la matada del examen de 9 a 15- ¡me vino de perlas! (¡no hay mal que por bien no venga!, nunca mejor dicho...).

Y así pasó la semana con nervios varios, cada uno por lo suyo...Riley por su esperado cumpleaños - aunque la verdad los nervios no se materializaron en portarse mal, si no todo lo contrario...¡que todas las semanas sean de cumple! - Imogen por la carga excesiva de trabajo - vaya "semanita" eligió - y yo por mi esperado también, examen. Nervios que dieron lugar alguna que otra "metida de pata" como abrir las cartas de felicitación de Riley días antes de su cumpleaños...He shouldn´t open this until his birthday, it is a british tradition! / ¡Él no debería abrir eso hasta su cumpleaños, es una costumbre británica! - me respondía Imogen a la foto que le envié de Riley abriendo las cartas la tarde del martes-.

Hasta que amaneció un 12 de Mayo...día que ya se "olía" diferente desde por la mañana, cuando Imogen se dispuso a levantar al cumpleañero el cual se vistió y arregló con una rapidez fuera de lo normal y apareció al final de las escaleras con una medio sonrisilla que dejaba adivinar su notable nerviosismo...allí, al final de las escaleras ,esa mañana recibió mi primera felicitación del día (a la que seguirían una por cada vez que me lo encontraba...¡por "felicidades" que no quede!). Tomó su desayuno como cada mañana y partió al colegio donde le esperaba una excursión al museo de Roald Dahl - un autor británico muy famoso, padre de historias tan conocidas como "Matilda", "Charlie y la fábrica de chocolate" o "Las alubias mágicas" - ¡que más podía pedir!.

La mañana la pasé entre gimnasio y, como ya he adelantado, últimos repasos para el examen del día siguiente...bueno eso, y envolviendo los últimos regalos para Riley para que estuvieran listos para la present time u hora de regalos que parece no puede faltar en cada casa británica un día de cumpleaños. Hasta que Imogen trajo de vuelta a un -extasiado ya- Riley que no paraba de recordar cuando sería el present time e intentar entrar en la sala de estar, donde Imogen había colocado todos los regalos y había cerrado hasta el momento oportuno. El momento no se hizo de rogar...disfrutando de un poco de juego nos pilló un Adrian que ese día llegó antes para la ocasión y desató la euforia de Riley que con un Come on! / ¡Venga! en bucle, interrumpía a una Imogen que intentaba terminar el pastel de cumpleaños. La cual abandonó el trabajo en el horno y le pidió a Riley que traspasara los regalos a otra habitación donde se llevaría a cabo la esperadísisima present time.

Una mesa repleta de regalos y una copa de champán - que Adrian me había ofrecido momentos antes y acepté por ser un día especial- nos esperaban y pudimos disfrutar de un desfile de regalos de lo más variado...desde unos simples calcetines, pasando por pinturas hasta muñecos de acción de Lego....también había que leer todas las cartas de felicitación - que ya habían sido despejadas en parte por el error días atrás - lo que hizo que la "hora de regalos" casi se cumpliera a la perfección y realmente estuviésemos un hora allí plantados.

Después de aquella retaila de "presentes" para Riley disfrutamos de una cena distendida y la mar de británica...fish and chips with peas / pescado y patatas fritas con guisantes, "rematada" por el gran pastel de cumpleaños que Imogen había preparado with all her love!!!! / ¡¡¡¡con todo su amor!!! y la tradicional canción de cumpleaños al recién estrenado "ochoañero" Riley.

Tras la suculenta y familiar cena Riley se dispuso a acostarse y yo me zambullí, por "nosécuantavez" esa semana, en mis libros de inglés para dar el último repaso...esa noche nada de Whetherspoon, bailes o cenas de viernes que te despejan de toda la semana...mi viernes noche estaba entre estructuras gramaticales, tiempos verbales, textos, vocabulario y phrasal verbs varios -estos últimos más odiados que el resto-. Tras una o dos horas -perdí la noción del tiempo entre el cansancio y la excitación de la semana- y el último repaso hecho, me fui a la cama algo nervioso pero nada comparado con lo que solía ponerme ante un examen.


Y así, del mismo ánimo, me levanté (muuuuy temprano -para ser un sábado, al menos- a las 7 de la mañana) para dirigirme con mi compañera de speaking/ examen oral, al centro de exámenes, situado en un, ya conocido para mí, Wimbeldon. Todo estaba hecho, toda la carne en el asador, todo el pescado vendido - o cualquier otro símil "tendero" que queráis utilizar- sólo quedaba darlo todo en el examen y que hubiese un poquito de suerte...claro.

La rigurosidad y puntualidad inglesa no podían faltar en un evento como aquel...un examen oficial de Cambridge y tras dejar nuestros móviles en una sala separada a la que íbamos a hacer el examen y varias lecturas de las normas durante el examen (por parte de una británica muy peripuesta estilo Rotenmeyer, para la ocasión) - NO seguir escribiendo cuando se decía que parásemos, NO escribir en lápiz, NO hablar con el de al lado, NO levantarse durante el listening, NO, NO, NO...- difíciles de recordar, nos embaucamos en más de dos horas de examen que nos dejó más muertos que vivos (intelectualmente hablando) para hacer - dentro de tres horas que aprovechamos para comer y descargar tensión acumulada - el examen oral, para el cual teníamos que ir a otro edificio. El cual trascurrió bastante rápido y de una forma, podríamos decir...muy "guiada", ya que te acompañaban a lo largo de todo el proceso y habitaciones que tenías que recorrer hasta el "momento final" de examen (que si deja las cosas aquí y hazte una foto, que si ahora te acompaña mi compañera a la sala de espera,que si entra a hacer el examen...).

Con el examen hecho, tensión fuera y "bajón" de cansancio tras ello (hecho que hizo que mi compañera y yo estuviésemos una o dos horas sentados, simplemente, en una cafetería) me dispuse a volver a la mansión Osborne para mi babysitting "eurovisivo" de sábado noche, que fue sobre ruedas...ya que Riley estaba inserto en la construcción de sus Legos que había recibido como regalo el día anterior y mi función esa noche consistió en pasarle piezas para que él las colocase así que...¡ni tan mal!. Y tras la rutina diaria de la bed time story/ historias para ir a la cama y unos cuantos cuddles/abrazos, me dispuse a preparar la tele de plasma-¡toda para mí!- para mi cita eurovisiva, que transcurrió más pendiente del móvil y los comentarios sobre la gala -es lo que tiene estar fuera...no los podía hacer cara a cara - que otra cosa y sin mucha sorpresa por la derrota española (que ya esperaba) pero sí por el triunfo de la sencillez portuguesa que eclipsó totalmente la derrota y la convirtió en alegría por la posibilidad del año siguiente ir al "eventazo" ya que lo tendría más cerca de casa que nunca.

De esta forma, transcurrió uno de los fines de semana "más esperados"...por algunas razones. Y así transcurrieron algunas aventuras más dentro de esta gran aventura "bañada" de leche AU PAIRizada que tantas cosas nuevas me está permitiendo vivir.

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