miércoles, 31 de mayo de 2017

El día más esperado

Tu cumpleaños, ese día en el que sumas un año más, en edad, pero también un año más de experiencias, anécdotas, momentos...un día muy especial en el que festejas con los tuyos eso, precisamente: todo lo que ha pasado pero también todo lo que queda por venir, ese día en el que...¡espera!, me estoy poniendo demasiado profundo...¡estamos hablando del cumpleaños de un niño!, empiezo de nuevo...tu cumpleaños, ese día que esperas ansiadamente y recuerdas hasta varios meses antes, ese día que vives con emoción exacerbada  - hasta la semana previa - en la que parece que ha pasado un ángel por lo bien que te comportas durante toda ella...por el miedo de no recibir más regalos ¿quizá?, lo dicho...un "eventazo" en toda regla que se convierte cada año -podríamos decir sin ninguna duda- en el día más esperado.



Pues bien, el au pair -seguimos considerándonos "una especie aparte" - como "ente adherido" al hostchild o niño de acogida- básicamente porque vives muchas horas al día con él y es difícil no terminar sintiendo vinculación en muchos aspectos - , lo vive todo igual de intensamente que él y, por lo tanto, su cumpleaños se convierte en un evento marcadísisimo en tu calendario, como lo está en el suyo. A mi ,en concreto, me ha hecho revivir - desde otro punto de vista - ese gusanillo de años atrás -tampoco muchos- en el estómago en la semana de tu cumpleaños que te marca , cual reloj, que el momento se acerca...,ese "come come" sobre los regalos que familiares, amigos, etc. te brindaran en tu día y esa anticipación sobre como será la celebración con tus amigos y a quien invitarás.

En mi caso la idea del cumpleaños de Riley quedaron coletazos sobre él a lo largo de los primeros meses en los que, Riley de vuelta a casa después del colegio (durante aquellos días en los que aún estábamos cogiendo confianza) me decía enfadado: Oh! You must get me a present for my birthday...It´s a rule in mi house / ¡Oh! Tienes que comprarme algo de regalo para mi cumple...¡es una regla en mi casa! -mientras yo le picaba diciéndole que igual no le regalaba nada...o comentarios de Imogen sobre la celebración y en lo que ésta cambiaría si nos mudábamos o no de la casa. Sin embargo, el momento se presentaba como realmente cercano aproximadamente¡un mes antes! (vaya ironía) cuando Riley, de repente, se acordaba de que su cumpleaños estaba por llegar y soltaba un excitado Two weeks and my birthday week!!!! / ¡¡¡¡Dos semanas y la semana de mi cumple!!!! o My birthday is really near!! / ¡¡Mi cumple está muy cerca!!...así como Imogen planificaba cómo sería la celebración, que finalmente consistió en un sábado con el mejor amigísimo de Riley - Sebastian - en Legoland.

Y la semana de cumpleaños llegó, pero no estuvo sólo marcada por el eventazo al final de ella - Viernes 12 de Mayo - del cumpleaños de Riley...tras varios meses atrás de clases en el Kingston College - de Enero a Marzo,  las mañanas de lunes, jueves y viernes - así como , a partir de Marzo, preparación por mi cuenta con ayuda de una compañera del college (que también se presentaba)...se avecinaba lenta pero decididamente el examen oficial de Cambridge (una de mis metas este año) el día siguiente al cumpleaños, el sábado 13 de Mayo. Lo cual hizo que el eventazo perdiera algo de importancia para mí a lo largo de las mañanas - las cuales me dedicaba básicamente a estudiar, repasar y hacer ejercicios - y la cobrase de nuevo por la tarde cuando iba a recoger a un , cada día más, emocionado Riley.

Pero no suficiente con esta "saturación de eventos" en el fin de semana, también había otra fecha marcada, esta vez más para mí que nadie más, en el calendario ese fin de semana...¡¡Eurovisión!!...sí me declaro abiertamente eurofan y, aunque este año no prometía demasiado "españolmente" hablando, es un evento que no me puedo perder, así que el babysitting que Imogen me tenía preparado para la noche del 13 de Mayo - sí... después de la matada del examen de 9 a 15- ¡me vino de perlas! (¡no hay mal que por bien no venga!, nunca mejor dicho...).

Y así pasó la semana con nervios varios, cada uno por lo suyo...Riley por su esperado cumpleaños - aunque la verdad los nervios no se materializaron en portarse mal, si no todo lo contrario...¡que todas las semanas sean de cumple! - Imogen por la carga excesiva de trabajo - vaya "semanita" eligió - y yo por mi esperado también, examen. Nervios que dieron lugar alguna que otra "metida de pata" como abrir las cartas de felicitación de Riley días antes de su cumpleaños...He shouldn´t open this until his birthday, it is a british tradition! / ¡Él no debería abrir eso hasta su cumpleaños, es una costumbre británica! - me respondía Imogen a la foto que le envié de Riley abriendo las cartas la tarde del martes-.

Hasta que amaneció un 12 de Mayo...día que ya se "olía" diferente desde por la mañana, cuando Imogen se dispuso a levantar al cumpleañero el cual se vistió y arregló con una rapidez fuera de lo normal y apareció al final de las escaleras con una medio sonrisilla que dejaba adivinar su notable nerviosismo...allí, al final de las escaleras ,esa mañana recibió mi primera felicitación del día (a la que seguirían una por cada vez que me lo encontraba...¡por "felicidades" que no quede!). Tomó su desayuno como cada mañana y partió al colegio donde le esperaba una excursión al museo de Roald Dahl - un autor británico muy famoso, padre de historias tan conocidas como "Matilda", "Charlie y la fábrica de chocolate" o "Las alubias mágicas" - ¡que más podía pedir!.

La mañana la pasé entre gimnasio y, como ya he adelantado, últimos repasos para el examen del día siguiente...bueno eso, y envolviendo los últimos regalos para Riley para que estuvieran listos para la present time u hora de regalos que parece no puede faltar en cada casa británica un día de cumpleaños. Hasta que Imogen trajo de vuelta a un -extasiado ya- Riley que no paraba de recordar cuando sería el present time e intentar entrar en la sala de estar, donde Imogen había colocado todos los regalos y había cerrado hasta el momento oportuno. El momento no se hizo de rogar...disfrutando de un poco de juego nos pilló un Adrian que ese día llegó antes para la ocasión y desató la euforia de Riley que con un Come on! / ¡Venga! en bucle, interrumpía a una Imogen que intentaba terminar el pastel de cumpleaños. La cual abandonó el trabajo en el horno y le pidió a Riley que traspasara los regalos a otra habitación donde se llevaría a cabo la esperadísisima present time.

Una mesa repleta de regalos y una copa de champán - que Adrian me había ofrecido momentos antes y acepté por ser un día especial- nos esperaban y pudimos disfrutar de un desfile de regalos de lo más variado...desde unos simples calcetines, pasando por pinturas hasta muñecos de acción de Lego....también había que leer todas las cartas de felicitación - que ya habían sido despejadas en parte por el error días atrás - lo que hizo que la "hora de regalos" casi se cumpliera a la perfección y realmente estuviésemos un hora allí plantados.

Después de aquella retaila de "presentes" para Riley disfrutamos de una cena distendida y la mar de británica...fish and chips with peas / pescado y patatas fritas con guisantes, "rematada" por el gran pastel de cumpleaños que Imogen había preparado with all her love!!!! / ¡¡¡¡con todo su amor!!! y la tradicional canción de cumpleaños al recién estrenado "ochoañero" Riley.

Tras la suculenta y familiar cena Riley se dispuso a acostarse y yo me zambullí, por "nosécuantavez" esa semana, en mis libros de inglés para dar el último repaso...esa noche nada de Whetherspoon, bailes o cenas de viernes que te despejan de toda la semana...mi viernes noche estaba entre estructuras gramaticales, tiempos verbales, textos, vocabulario y phrasal verbs varios -estos últimos más odiados que el resto-. Tras una o dos horas -perdí la noción del tiempo entre el cansancio y la excitación de la semana- y el último repaso hecho, me fui a la cama algo nervioso pero nada comparado con lo que solía ponerme ante un examen.


Y así, del mismo ánimo, me levanté (muuuuy temprano -para ser un sábado, al menos- a las 7 de la mañana) para dirigirme con mi compañera de speaking/ examen oral, al centro de exámenes, situado en un, ya conocido para mí, Wimbeldon. Todo estaba hecho, toda la carne en el asador, todo el pescado vendido - o cualquier otro símil "tendero" que queráis utilizar- sólo quedaba darlo todo en el examen y que hubiese un poquito de suerte...claro.

La rigurosidad y puntualidad inglesa no podían faltar en un evento como aquel...un examen oficial de Cambridge y tras dejar nuestros móviles en una sala separada a la que íbamos a hacer el examen y varias lecturas de las normas durante el examen (por parte de una británica muy peripuesta estilo Rotenmeyer, para la ocasión) - NO seguir escribiendo cuando se decía que parásemos, NO escribir en lápiz, NO hablar con el de al lado, NO levantarse durante el listening, NO, NO, NO...- difíciles de recordar, nos embaucamos en más de dos horas de examen que nos dejó más muertos que vivos (intelectualmente hablando) para hacer - dentro de tres horas que aprovechamos para comer y descargar tensión acumulada - el examen oral, para el cual teníamos que ir a otro edificio. El cual trascurrió bastante rápido y de una forma, podríamos decir...muy "guiada", ya que te acompañaban a lo largo de todo el proceso y habitaciones que tenías que recorrer hasta el "momento final" de examen (que si deja las cosas aquí y hazte una foto, que si ahora te acompaña mi compañera a la sala de espera,que si entra a hacer el examen...).

Con el examen hecho, tensión fuera y "bajón" de cansancio tras ello (hecho que hizo que mi compañera y yo estuviésemos una o dos horas sentados, simplemente, en una cafetería) me dispuse a volver a la mansión Osborne para mi babysitting "eurovisivo" de sábado noche, que fue sobre ruedas...ya que Riley estaba inserto en la construcción de sus Legos que había recibido como regalo el día anterior y mi función esa noche consistió en pasarle piezas para que él las colocase así que...¡ni tan mal!. Y tras la rutina diaria de la bed time story/ historias para ir a la cama y unos cuantos cuddles/abrazos, me dispuse a preparar la tele de plasma-¡toda para mí!- para mi cita eurovisiva, que transcurrió más pendiente del móvil y los comentarios sobre la gala -es lo que tiene estar fuera...no los podía hacer cara a cara - que otra cosa y sin mucha sorpresa por la derrota española (que ya esperaba) pero sí por el triunfo de la sencillez portuguesa que eclipsó totalmente la derrota y la convirtió en alegría por la posibilidad del año siguiente ir al "eventazo" ya que lo tendría más cerca de casa que nunca.

De esta forma, transcurrió uno de los fines de semana "más esperados"...por algunas razones. Y así transcurrieron algunas aventuras más dentro de esta gran aventura "bañada" de leche AU PAIRizada que tantas cosas nuevas me está permitiendo vivir.

jueves, 25 de mayo de 2017

Eventos AU PAIRizados

Al igual que la leche, ese elemento que es cotidiano y denominador común en la mesa de desayuno de muchas familias y personas (muchas, no todas...en esta experiencia me he percatado de ello) "around de world", también los eventos -elemento, que por su propio significado, tiene una cierta importancia por su imprevisión o por su magnitud en la vida de una persona- que suelen hacernos salir de la cotidianidad, explorar "nuevos mundos" y, en definitiva, divertirnos...pueden ser AU PAIRizados...que ¿por qué?. Dada la naturaleza "externa a la casa" de los au pairs (recordemos que semanas atrás os lo contaba en la entrada "El ente)  el au pair - sí, hablando ya como si de una nueva especie de animal nos tratásemos- siente la necesidad de sacar planes de debajo de las piedras para pisar (lo menos posible) su "host-house" o "casa de acogida" durante su tiempo libre, así que...¡eso hacemos!, llenar nuestro calendario de eventos, materializados en viajes, fiestas, etc.
Los planes sobre esos eventos se piensan con semanas (¡e incluso meses!) de antelación porque toda escusa es buena para -dado , también, nuestra naturaleza trotamundos - conocer nuevos lugares o -como ya he indicado antes - pisar lo menos posible nuestro nuevo "hogar".

Pues bien...¡yo no iba a ser menos! y como miembro de esa especie "au pair" - y rodeado de unos cuantos más ejemplares - trato de rellenar cualquier hueco posible de mi tiempo libre en esta experiencia.

El primero de los últimos eventos organizados fue la visita a Wimbeldon, un barrio de Londres mundialmente conocido por su tradición "tenística" y por acoger uno de los torneos de tennis ,probablemente, más importante del mundo...y eso es todo lo que te ofrece el barrio, la verdad...quizá más llamados por el nombre que por otra cosa - bueno eso, y las recomendaciones de Imogen Oh! You´ll love it it is so nice! / ¡Oh! ¡Te va a encantar, es muy bonito! - , nos dirigimos allí una mañana de domingo con unas expectativas diferentes a lo que nos encontramos...un barrio inglés totalmente normal con un complejo de tenis para flipar...¡eso sí!. ¡Ah! y también hay un templo budista -alejado del centro, tienes que tener ganas de andar para llegar- muy apañado que es capaz de trasladarte por momentos al extremo oriente.
Con algo más de ganas de acción nos encontrábamos esa semana -eso y un folleto de descuento muy interesante que rezaba "100 bolas de regalo"- nos llevó a lanzarnos a la nueva aventura del Paintball -al menos para mí -, la verdad que cuando me lo plantearon ni siquiera pensé en lo capacitado o no que estaría para ello. sólo dije que sí y que fuese lo que tuviera que ser.

Esta nueva aventura nos hizo madrugar un domingo - no, eso tampoco lo hace un au pair por mucho que no estés del todo a gusto en tu casa - concretamente amanecimos a las 7 de la mañana (¡ya podía merecer la pena la nueva experiencia!) para darnos al encuentro una hora más tarde en la estación de tren que nos llevaría (en bus xD...hubo cancelación de trenes, los domingos y los transportes británicos no son amigos) a nuestra peor pesadilla. Las desdichas de la mañana no quedaron en trenes retrasados ya que tras haber postpuesto una hora el inicio del juego por imposibilidad de llegar antes debido a la cancelación de trenes, ¡nos perdimos!...y no una de esas pérdidas en las que te retrasas 5 minutillos y Google maps te resuelve la vida...¡no!...nos recorrimos todos los paintballs de la zona habidos y por haber hasta dar con -el último, por supuestro- el nuestro.

Una vez llegados -dos horas más tarde- las ganas de probar el juego pudieron con el cansancio acumulado de haber recorrido toda la zona y comenzamos a enfundarnos en los "monos de guerra" que el staff del recinto debió pensar que los queríamos para nuestros padres (¡que tamaño!...diré que eran oversize que parece que queda mejor...). Y es entonces -junto con el momento de explicarnos el funcionamiento de las pistolas y demás cuestiones de seguridad - cuando comencé a pensar donde estaría el límite entre el juego y la realidad (me empecé a cagar, para ser más claro...). Esto se confirmó cuando nos dirigieron (cual futuros fusilados al campo de
fusilamiento, cual jugadores a los juegos del hambre...¡como queráis!) a la zona del primer juego - las caras de miedo se podían ver entre los que no lo habíamos hecho nunca- y contaron hacia atrás para dar comienzo al juego.

Three...two...one...GO!...

Los balazos se repetían de aquí para allá...aquello debía ser lo más parecido a la guerra que había visto en mi vida...y en mi cabeza se repetía una y otra vez "Manolete, si no sabes torear pa´ que te metes" mientras intentaba salir de una vez de alguna trinchera y disparar una mísera bala. 
No obstante, quise hacer - o intentar hacer - lo que había ido a hacer allí y me atreví hasta en varias ocasiones a adelantarme en el terreno de juego y disparar (y recibir, con un sutil ¡Uy, que me han dado!) alguna que otra bala.

Al pitido del final del primer juego nos dirigimos a la zona de descanso -había 20 minutos entre juego y juego para tomar un refresco, ir al baño...- y nos percatamos del primer incidente de la tarde...que consistió en que una de nosotros había recibido un balazo en plena mano, un balazo que empezó a ponerse morado, rojo y a hincharse, hecho que le llevó a tomar la decisión de no seguir con el juego y a nosotros a cagarnos un poquito más...¿quien sería el siguiente?. 



Afortunadamente, no hubo más pérdidas en la tarde y trascurrió con normalidad - con bolazos, eso sí, pero con normalidad - los juegos iban cambiando en escenario y en misión - que si hay que recuperar la cabeza de zombie y llevarla al otro equipo, que si hay que llevar la bandera al otro campo, que si hay que proteger al "presidente"...- misiones que hacían que los más experimentados (tanto en saber como en edad) del grupo se metieran en las carnes de auténticos guerrilleros y dirigiesen a los demás como tal...You go that way i will cover you by this side! / ¡Ve por ese lado, yo te cubro en este! - a lo que yo asentía con un "Vas listo conmigo, guapo..." en mi cabeza-.

Al finalizar la tarde se produjo el segundo de los incidentes de la tarde protagonizado por dos amigas nuestras, en el que una olvidó echar el seguro a la pistola y disparó sin querer a la otra...por fortuna era el final del juego y no hubo consecuencias más allá de varios moratones y unas lagrimillas que se escaparon por el dolor.

Sin embargo no todo iba a ser adrenalina y moratones y decidimos tomarnos un fin de semana algo  más tranquilito y de desconexión y que otra manera de hacerlo que en la costa. Personalmente el mar es algo que me renueva -ya os lo conté en mi anterior visita a la costa británica en Enero - y normalmente solo puedo verlo un par de veces al año, pero con una nueva incursión a la costa británica de Brighton era la tercera vez este año que podía "renovarme" en ese sentido. 

Así que allí fuimos una mañana -también de domingo - la mar de soleada (y menos mal...ya que parece que si no vas a Brighton con sol estás cometiendo un pecado...). Al bajar del tren de un recorrido de dos horas aproximadamente ya podíamos notar la humedad y el ambiente de playa, junto con un Good vibe / Buen rollo, que hacía que se necesitase poco más para que ese lugar fuese especial. Pero no contento con eso Brighton nos regaló una tarde espléndida a las orillas de la playa, tomando el sol y simplemente chilling -como dicen aquí- o bagueando/relajándonos -como decimos por allí-. Para no sentirnos excesivamente mal, también hicimos un poco de "turisteo" por el pueblo contemplando el maravilloso Royal Pavillion o perdiéndonos por las calles.


Esta lista de eventos AU PAIRizados no podía terminar sin una fiesta, esa que, como Au pair y algunos españoles- esto último quizá afecte más- que somos, nos gusta y disfrutamos tanto. Londres a este respecto tiene infinidad de ofertas para la noche del sábado o domingo. Sin embargo si eres español y echas de menos un poco de música españolabarraperreobarraclasicazos, así como que la fiesta se alargue más allá de las 3 de la mañana tu destino es la mensual Spanish party de la londinense sala Scala. Un evento que, para que engañarnos, no me motivaba excesivamente, ya que ¡Para eso me voy a España! -pensaba- pero que (como fiestero que soy) terminó en una noche de darlo todo a ritmo de reaggeton pero también por rumbas de Estopa o Rosario Flores, entre otros...

Como buena fiesta española tuvimos nuestro botellón previo con momentos subrealistas y, of course, vimos el amanecer londinense a las 6 de la mañana -que, bueno, tampoco cuesta mucho en Reino Unido, contando con que amanece últimamente a eso de las 4 y media de la madrugada - y viví la primera llegada a la mansión Osborne en "hora indecentes" (9 de la mañana ¡y sin acostarme!, algo imposible para ellos)...suerte que después de mi sigilosidad mañanera (cual oso que se aproxima a la madriguera para hibernar) sólo estaba Riley desayunando y entoné un Good morning, see you tomorrow!, lamentándome por pronunciar estas dos últimas equivocas palabras (¿mañana?¿qué mañana Daniel?¡ya es hoy!, pensé tras el momento).

Aún quedan unos meses de aventura y , por lo tanto, esta lista engordará...algunos destinos ya están fijados - Edimburgo, Bath, etc. - y otros se fijarán proximamente, lo importante es seguir acumulando experiencias y ,como siempre, no pasar mucho por casa...después de todo esto creo que queda más que justificado entonar un To be continued... / Continuará...

jueves, 18 de mayo de 2017

Y ,entonces, recordé...

Dentro de nuestra rutina acelarada y siempre con prisa, con millones de cosas que hacer, aprovechando cada minuto, intentando sacarle el máximo jugo- porque pronto llegar el siguiente en el que tendrás que hacer mil cosas más- , queda poco tiempo para  poder "sentarte" frente a ti mismo a hacer balance de lo bueno y lo malo, lo que ya pasó y lo que queda por venir, etc.

Uno de los regalos que me está dando esta experiencia es la posibilidad de poder disfrutar de eso...de tiempo para mí, tiempo para pensar y recapacitar, tiempo para hacer balance y reflexionar sobre el mismo...pero, aún teniendo esta posibilidad, muchas veces me pierdo en el día a día sin dejar relucir , en mi rutina diaria, ese magnífico regalo.No obstante, la semana pasada viví un momento para mí como nunca lo había tenido en esta experiencia y me atrevería a decir que en los últimos años...

Ese momento fue espontáneo...ya que tras pasar un sábado en la biblioteca estudiando para mí inminente examen de inglés -ya os contaré más sobre ello- me dispuse a "tirar de agenda" para rellenar el hueco vacío que se había quedado en mi tarde de sábado. Todos los planes se chafaron -que si tengo que estudiar, que si qué pereza salir de casa, que si, que si...-, así que - por primera vez en esta experiencia- me dispuse a descubrir sólo un nuevo sitio del que ya me habían hablado y prometía - Bushy park - a escasos 30 minutos de mi casa y en frente del majestuoso Hampton Court Palace (sitio al que tenía que ir para comprar algunos regalos del cercano cumpleaños de Riley).



Sinceramente, las expectativas sobre plan no eran muy positivas...normalmente, en Torrejón (la ciudad madrileña en la que vivo, para los que se acaban de unir...), sí me gusta y disfruto dándome largas caminatas sólo o con mi perro una tarde de domingo, pero en esta experiencia es algo que, en fin de semana, rechazo totalmente y siempre me gusta ir acompañado a todos los sitios - es una de esas "cosas raras" que te pasan estando fuera y no entiendes muy bien porqué...quizá por miedo a estar más sólo de lo que ya estoy, no sé xD -.

A pesar de ello la llegada al parque - verde, inmenso, salvaje pero a la vez cuidado, poco concurrido...en definitiva, un parque muy inglés - hizo que tirase las expectativas negativas por la borda y me embriagase una sensación de libertad que me invitó a sentarme en una amplia llanura de césped - sin apenas pasar nadie - y a "quedarme conmigo mismo" un largo rato.

Entonces, en ese lugar tan corriente como mágico para mi en ese momento, mi cabeza se puso en funcionamiento y reflexioné - en ese entorno en el que me invadía una aparente soledad - sobre eso mismo....la soledad.
En estos meses había podido explorar los límites de esa palabra (al decidir emprender una aventura sólo en un nuevo país) y pensé en como ese concepto había cambiado para mí, pues...¿qué es la soledad? - me pregunté- ¿significa únicamente no estar con gente "físicamente" en un momento determinado o implicaba algo más "psicológico" y está relacionado con las emociones?...y, entre esas preguntas, caí en la cuenta de que nunca había estado solo en esos meses - que es un miedo recurrente al decidir emprender una experiencia como esta- con que alguien me pensase  (aunque no fuese en el mismo lugar donde yo estaba y, ni siquiera, en el mismo país) podía decir que no estaba sólo. Pero es que ya, ni siquiera podría sentirme sólo "físicamente"...los Osborne se habían convertido- sin quererlo ni beberlo- en mi familia inglesa...que no llegaban a suplir a la española pero, desde luego, ya ocupan un lugar en mi corazón y son especiales para mí....ellos unidos a toda la gente que había ido conociendo estos meses son los que no permiten que la palabra soledad esté inserta en esta experiencia.

Esa reflexión me llevó a ponerme un poco nostálgico y recordar...y, entonces, recordé Godalming, un pueblo pequeño pero con mucho encanto...un pueblo que supuso mis inicios en mi experiencia au pair y que, por ello, siempre será especial para mí, recordé sus calles llenas de arboles y regaderas que luchan por un hueco antes de llegar al asfalto, recordé su gente y la gente que había conocido allí los primeros días - con los que aún tengo contacto y veo a menudo- y como, desde el primer momento, ya contribuyeron a alejar la palabra soledad de mi boca, recordé también lo eternamente agradecido que les estaré siempre por ello.

Entonces también recordé aquella sensación de estar de visita y ser un extraño de los primeros meses y como ésta había dejado paso a una sensación de normalidad y de sentirme "casi" como en casa...pude recordar mis primeras compras protagonizadas por una sensación entre incertidumbre - por no saber muchas veces qué tenía que comprar- pero a la misma vez motivado por el reto - ya que eso mismo hacía que fuese una aventura todos los días- y como eso había pasado para dejar paso a unas compras relajadas y con pocos imprevistos, recordé , también,  las "peleas" con la dependienta de Tesco que, entre mi inglés dubitativo y su humor de perros, hacían que sucediesen casi a diario.


Recordé los primeros momentos en Londres...una ciudad que desde el minuto 1 me enamoró y también recordé cómo desde aquella visita con la familia - en la que hicimos un tour por el Támesis - donde iba como un turista, que se asombra con cada rincón descubierto, a pasar a (sin dejar de seguir alucinandome) considerarme un ciudadano más de la misma.

Entonces, pude recordar los primeros días con Riley y cómo pensaba lo difícil que iba a ser ser au pair de ese niño debido a lo "especialito" que era - hechos que me inspiraron a escribir aquella entrada lejana de "El niño...¡qué niño!" y como en cuestión de meses (y un poco de confianza) esa imagen había dejado paso a la imagen de un niño que me asombra por ser extremadamente creativo, curioso, sociable, algo tímido en primeros contactos y con sus cosas pero...¡como cualquier niño!. Con ello también pude recordar las primeras cenas, comidas etc. familiares, aquellas en las que me limitaba a comer y esbozar una sonrisa si alguien se dirigía a mi y como, ahora, también se dan los esbozos de sonrisa pero también se producen charlas distendidas producto del mayor conocimiento y confianza que hemos ganado estos meses.

Recordé también la mudanza a Thames Ditton y el momento de inflexión que supuso en mi aventura al tener que volver a "readaptarme" a este país en otro lugar diferente, pero también recordé lo rápido que pasó esa sensación "ya vivida" - de ser un extraño en una ciudad- y lo que aprendí en todo ese proceso de poder llegar a hacer "algo parecido a tu casa" a cualquier espacio o rincón que requiera de ello. También recordé la primera visita a España después de empezar la aventura, los reecuentros, las visitas, la vuelta a la rutina inglesa...pero también los bajones, las dudas, los errores, etc.

En fin, esa tarde supuso, para mí, más que una tarde...fue una pausa espacio-temporal de recopilación de todo lo que había "cargado en la mochila" desde que empecé mi experiencia por tierras británicas aquel, lejano ya, 1 de septiembre de 2016. Pero también caí en la cuenta de que en menos de 3 meses todo se desvanecería...todo menos esa mochila llena de cosas - recuerdos, sentimientos, aprendizajes, personas, momentos, objetos, valores...- que siempre guardaré como el mejor regalo que me ha dado el ser au pair...

...pero ,mientras tanto, quiero seguir llenado la mochila con más cosas. así que decidí levantarme de aquel césped , cuando el cielo empezaba a oscurecer, para seguir disfrutando de mi leche AU-PAIRizada.

jueves, 4 de mayo de 2017

Lo que podría ser y no es

¿Alguna vez te ha ocurrido ,en el extranjero, detenerte en seco por algo escrito en algún cartel/anuncio/objeto etc. porque te resulta familiar en tu idioma pero no tiene nada que ver en el idioma del país en el que estás y en ese momento has soltado una risotada por "lo que podría ser y no es"?
A mí me ha pasado unas cuantas veces y en esta entrada -a la que seguramente se la unirán algunas más- os resumo algunos de esos momentos de "lo que podría ser y no es".

1.
...pero ¿quién? y ¿de dónde? 

2.

El famoso trío cómico ahora también hace candados en Reino Unido...¿lo sabíais?


3. 
...depende,¿de qué depende? 
(Curioso nombre para una empresa de pedidos...- Disculpe señor, ¿cuando llegará el paquete?...- ¡Ahhhh! ¡Depende!).

 4. 
Formación Profesional 1, módulo ¿Dónde está la puerta de clase?


 5.
No me Cuentes Más Trolas...Why not? / ¿Por qué no?


 6. 
Esta fue días antes de viajar a España en Navidad...tenía tantas ganas de catar comida española que la veía en cada esquina.


7.
TJ Bathrooms / Baños TJ 
No sabía que Torrejón fuese conocido internacionalmente por sus baños (tendré que empezar a valorar más el mío).


8.
...curioso nombre para un barco 
(Alguien está muy obsesionada con sus partes bajas)

9.
¿B.M. Loeches? ¿La empresa de mi padre patrocina autobuses en Reino Unido?

10.
Prospect Road o "La calle del Prospecto"...¡No me digas más! Aquí es donde se fabrican todos los prospectos de todos los objetos del mundo o donde se leyó el primer prospecto...¡claaaaro!

11.
Canal Andalucía TeleVisión...¡y olé!
(canal autonómico que para ofrecer mejor señal a los andaluces hace pasar sus cables por Reino Unido...de toda la vida).