Como si de la Pasión de Cristo se tratase,
llegó mi particular "pasión" en la llegada de las últimas 72 horas " aupairizadas
" junto a los Osborne. Sin embargo estas no estaban protagonizadas por un
ser que haría historia...sino por mí, no estarían localizadas en Jerusalem...sino
a unos cuantos kilometros alejados de allí, en Reino Unido y el objetivo fundamental
no sería salvar - supuestamente - la humanidad...sino volver de forma definitiva
a España y terminar mi aventura "tomando leche a pairizada".
Mis últimas 72 horas coincidieron con la
vuelta de los Osborne de sus vacaciones, que - como os inidicaba en la última
entrada- se alargarían, nada más y nada menos, que 20 días y su destino era Nueva York y algunas ciudades
alrededor de la misma.
Tras dos días en los que Flora y yo volvimos a ser reyes
consorte tras la marcha de mis tíos y, sin embargo, las tareas distaban mucho
de ser " reales" - ya que me dediqué , casi por completo, a la puesta
a punto de la casa para que esta estuviese lo mejor posible para la vuelta de
sus verdaderos "reyes" - , llegaban muy tempranamente (a las 7 y media
de la mañana) adelantando media su hora esperada de regreso, el domingo 20 de
Agosto.
Sonó el timbre y un "yo" todavía medio dormido y recogiendo el "regalito" mañanero que siempre le regala Flora, se dispuso
a abrir la puerta y encontrarse un emocionadísimo Riley que entonó un DAAAAAANIEL!!!! - ya típico de los reencuentros con él- y unos Imogen, Adrian y Theo con un jet
lag que aún se les adivinaba en la cara. Lo cual hizo que tras las preguntas de
cortesía : How was everything / ¿Cómo ha ido todo? o Did you have a good time / ¿Cómo
lo has/beis pasado? - recíprocas - decidiesen irse a la cama y encargarme una tarea
improvisada: quedarme con Riley mientras intentaban quitarse el jet lag de la
forma más rápida...durmiendo.
Por lo que así hicieron, marcharon a la
cama sin perder ni un minuto más y Riley y yo comenzamos lo que sería una de las
últimas play times /hora de juego . La cual empezó con la repartición de regalos (anticipada para él y con el objetivo de poder disfrutar en esa mañana de los
regalos) con motivo de mi despedida...un kit completo de fan de Harry Potter con
varita, bufanda, corbata, gorro y muñeco Funco Pop, incluidos..., que trajo la
amiga de mi madre de España, hizo sus delicias y le animaron a empezar a jugar
con ello de inmediato (os dejo en vídeo la reacción al ver la varita). Guerras de varitas customizados con la corbata, gorro y
corbata que acababa de adquirir fueron el "set" principal del juego en
aquella manana con el argumento de ,como no...Harry Potter.
No obstante los Osborne no se hicieron de rogar y " amanecieron" ,por segunda vez en aquel día, pasadas las 12 del mediodía y algo más despejados...momento en el que yo aproveché para disfrutar mi domingo y hacer la última caminata a Kingston,en la que (al igual que hace justo un año hacía en Torrejón) me iba fijando en todos y cada uno de los detalles del camino como si quisiese retener todas las imágenes en mi pupila, tal y como son en la realidad, para recordarlas una vez estuviese en mi casa.
Una vez allí hice las últimas compras de regalos
de despedida para la familia y quedé con algunos amigos para mi despedida
definitiva esa que, viviendo las despedidas del resto de mis amigos, creía que nunca
llegaría...pero llegó. Sin embargo unas "pintas", la puesta punto de proyectos a
la vuelta y algunas historias de las vacaciones (de aquellos que ya las habían pasado) no eran suficientes para decir adiós...nada lo era y más tratándose de un adiós que
posiblemente fuese rotundo, salvo con algunos con los que sabía que me
encontraría en Madrid. Nada era suficiente, pero tuvo que serlo...abrazos,
besos y mi ya tradicional sé feliz y un posible nos vemos pronto marcaron el
final de mi vida social en mi experiencia "au pairizada".
Tras eso y con un nudo en la garganta que siempre
me producen las despedidas y he experimentado muy bien este año, me dirigí a mi
casa en un camino parecido al del Calvario - siguiendo con el símil de la Pasión - debido a las inclemencias meteorológicas en forma de lluvia, que aunque no era
muy fuerte, lo era lo suficiente para no dejarme disfrutar la última vuelta a
casa.
El día siguiente - un día antes de mi vuelta - se presentaba de emociones, ya que se produciría mi "relevo" al siguiente au pair
de la familia...Carlos - con el que ya había tenido algunas sesiones de Skype y
pintaba como un "fichaje" bastante bueno - y además también estaría Sergi,
mi predecesor y "hombre de consejos" durante los primeros meses
inexpertos de la experiencia, el cual pasaba unos días de vacaciones en Reino
Unido y venía a visitar a la familia, por lo que se produciría el "Au
pair fest", como Imogen lo denominó cuando calló en la mezcla de tres
generaciones de Osborne aupairs bajo el mismo techo...¡¡la emoción estaba servida!!.
Aquel día Riley amaneció tarde, producto
del jet lag y su necesaria recuperación, ya que el día anterior había sido el único
de la familia que no había hecho la siesta mañanera y había preferido jugar
conmigo, por lo que le dieron, de forma única en toda mi estancia en la casa, las 9 y media de la mañana. Lo cual me vino de
perlas ya que aproveché toda la mañana para recoger la habitación - finiquitar
la maleta, pasar la aspiradora, quitar los últimos trastos acumulados durante el
año, fueron algunas de las tareas - y dejarla
lista para recibir a un nuevo inquilino horas más tarde.
Tal y como me había dicho Imogen el día anterior,
ella y Carlos cruzaron el dintel de la "mansión Osborne" a eso de las 10 y media de la
mañana. Momento en el que me recordé a mí mismo mi
primer día un año antes cuando todo era nuevo y extraño para mí . Por lo que esa
forma de empatizar, viéndome reflejado en él, me motivo a hacer a Carlos el día
más agradable y que se sintiese en casa desde el primer día. Así que intenté
"hacer de sombra" todo lo que pude y a cada comentario de Imogen,
Riley - que se mostró en su mejor faceta y con muchas ganas de enseñarle todo,
lo que hizo que hablase rápido mas de una vez y su entendimiento fuese complicado- o Theo estar detrás para ver si
lo entendía o no.
Así mismo " ensayamos" algunos de
los juegos favoritos de Riley (para que la continuidad con ellos fuese más fácil) e hicimos un recorrido por los sitios más concurridos en la vida "au pair" de la
familia Osborne en Thames Ditton y Surbiton...en definitiva, un "curso expres" Osborne de un día que finalizó - por y el exceso de gente y emociones, sobretodo
por parte de la Riley, - a eso de las 4 de la tarde cuando fuimos la tropa
compuesta por: Theo, Riley, Carlos, Flora y yo a buscar a la estación de Thames
Ditton a Sergi, mi predecesor.
Recibimiento muy entusiasmado por parte de
Riley y Theo, cargado de abrazos y besos - en un primer momento - e historias nuevas
de este año - más tarde- , recibimiento al que luego se uniría Imogen con un alegre
y entusiasmado SEEEERGI!!!! , un How is everything? Did you carry only this bag
for the whole trip? / ¿Como va todo? ¿Has llevado esa mochila únicamente para
todo el viaje? y la posterior petición a todos de la "foto de familia au
pairizada" de Theo y Riley con los tres au pairs de la familia que en ese momento se
concentraban bajo las mismas paredes.
Tras ello, había que recuperar el tiempo pasado con Sergi por lo que los juegos se centraron en él y en recordar "viejos tiempos" juntos a los que Carlos y yo nos unimos. En medio de ese "caos" emocional - con Riley al borde de un ataque de nervios y de felicidad- y de juegos - pasábamos de uno a otro en cuestión de segundos...¡¡¡¡había que hacerlo todo!!!!- llegó Adrian y su también entusiasmado recibimiento a Carlos y Sergi.
Su llegada , como cada día, marcaba la hora de la cena, la cual era de
gala...¡¡como para menos!! Y se localizó en el comedor principal y con una mesa
rebosante de gente, como en "la última cena" - ya que a los recién bienvenidos
Sergi y Carlos se le unió Riley que ese día era merecedor de estar con todos- , incluyendo
el pan y el vino...como buena cena " Osborne" que era.
Disfrutamos unas salchichas con verduras (que Imogen preparó especialmente para mí) y se produjo la repartición de regalos
a Theo, Imogen y Adrian que me quedaban. Tampoco era suficiente para decir adiós, un adiós -como el de mis amigos- seguramente definitivo...pero, de nuevo, tuvo que serlo. Un sujetador de vinos para la pareja , un termo para Theo y una carta de despedida con collage incluido (que
desató al risa y emoción de la familia) - fueron los objetos elegidos para mi "recuerdo" en la casa.
Después de la cena tan sólo quedaba una noche, una noche en la que se produjo la última bed time story / historia para ir a la cama, con Riley y en la que, como siempre, terminó insatisfecho y con ganas de más (si no no hubiese sido una historia normal) y, tras la despedida a Theo y Adrian y su última broma (hacia Sergi y a mí) con su humor fino...You were a fantastic au pair and you...well you were good but...baaaah! / Has sido un au pair fantástico y tú...bueno fuiste bueno pero ¡baaaah! -seguida de unas risas- así como la marcha a la cama de Imogen, disfruté de una charla de una hora con Sergi compartiendo experiencias antes de irnos a la cama.
Todo esto pasado, tan sólo quedaba una noche...una última noche para decir adiós, adiós a una experiencia que ,desde el primer minuto, prometía "dejar poso" en mí en forma de, mucho más, que objetos que cabían en mi maleta: regalos, souvenirs, ropa, panfletos de todos los lugares visitados, manualidades con Riley, cartas de felicitaciones de Navidad, gracias, cumpleaños etc. ¡Y lo dejó! más allá que todo eso, me llevo en "la mochila del au pair" aprendizajes, valores, personas, sentimientos encontrados, risas, momentos...¡y mucho más!.
Con todo ello en mis tres maletas y en mi mente, ambas dos a rebosar, me tomé mi última leche AU-PAIRizada la mañana del martes 22 de Agosto e Imogen y yo nos dirigimos al aeropuerto entre confesiones sentimentales con la herencia de su madre y con la sensación, por mi parte, de dejar (de nuevo) mi vida y mi casa atrás. Llegados al aeropuerto, se produjo el último adiós acompañado con un You will always have a home in United Kingdom / Siempre tendrás una casa en Reino Unido, que me dió un pellizco en el corazón y me anticipó lo mucho que iba a echar de menos todo aquello...¡quién me lo diría un año antes!.
De nuevo (y por última vez) me dirijo a todos vosotros para daros las gracias por, nada más y nada menos que estar ahí y regalarme un trocito de tiempo en vuestras vidas durante este año...¡nos vemos/leemos seguro que muy pronto!.