martes, 7 de marzo de 2017

Sueño de una noche de...boda

"Pues nada...yo quería hablar contigo para ver si te reservabas el próximo 4 de Marzo de 2017, que es sábado, para que vinieras a una gran fiesta que estoy montando primero en una iglesia y luego yéndonos a comer y beber por ahí...estoy hablando de MI BODA"

Así, de esta forma tan sutil, sin tapujos y directa al grano, Patri, una antigua monitora de los scouts me lanzaba el "save the date" de su boda vía móvil y allá por el mes de Noviembre, cuando aún era un au pair "amateur". Dicho anuncio provocó que mis emociones interfirieran en mi trabajo con Riley por unos minutos y entonase un nervioso "Excuse me...I´m going to the bathroom just one moment / Perdona, tengo que ir al baño sólo un momento" ,en mitad de un juego, para responder a aquella espléndida invitación...por supuesto mi respuesta fue un sí y en los días posteriores me dediqué a cuadrar con Imogen la fecha y los días que iría al mencionado evento para coger el vuelo lo antes posible y ahorrar costes. Así comenzaba lo que sería mi segunda vuelta a casa desde que me embarqué en esa aventura.

Pues bien, como perfectamente marca el refrán "todo llega..." y con la marcada fecha (por partida doble...la vuelta a casa y la boda) también llegan los nervios previos a la visita a mi casa, la sonrisa permanente e imborrable de la cara y las miles de imágenes de como serán los reencuentros (esta vez más limitadas - ya que volvía sólo por un fin de semana, ya que volaba el jueves noche hasta el domingo tarde) y el evento que estaba por llegar. 

Esta vez a todos estos sentimientos se le sumaba otro de "precaución", de hacerme a la idea de que la visita sería breve y en menos de lo que "canta un gallo", "se dice ya se han casado" o whatever, estaría de vuelta a mi vida de au pair. Por lo que sí, alegría, nervios, impaciencia...pero todo en su justa medida...como si mi cuerpo me estuviese preparando para ello (¡no te emociones demasiado, Daniel! - me decía-). 

Entre esa mezcolanza de sentimientos y pensamientos aterricé en el jueves 2 de Marzo y ,con él, mi rutina mañanera (desayuno para Riley, clase en el Kingston college, un poco de gym...) que a las 4 de la tarde sería interrumpida para coger un South West trains calling at Gatwick airport y, desde allí, un avión que me llevaría a casa. 

Todo fue según lo previsto, sólo sufrí un pequeño retraso en el avión que hizo que mi llegada a Madrid fuese alrededor de la media noche y , tras un reencuentro en el aeropuerto que se alargó un poco más de lo normal debido a no saber en qué terminal aterrizaba y el consiguiente juego de "ratón que te pilla el gato" entre mis padres y yo, llegaba sobre las 12 y media a casa...mi casa, donde me esperaba mi hermana (esta vez con plena conciencia de que estaba allí) y mi perro. Pero también me esperaba una cena muy spanish con cocretas y tortilla. Daba igual que fuese la 1 menos 20 de la madrugaba... pero es que hubiera dado igual que fuesen las 6 de la madrugada, las 8 de la mañana o las 5 de la tarde...¡esa cena no se me escapaba!.


El día siguiente había que aprovecharlo (y lo hice de lo lindo) con una visita a la peluquería para ponerse a tono para el día siguiente, con una quedada con una amiga del máster con la que tenía pendiente quedar desde Navidad, una visita a mi antiguo instituto para recoger a mi hermana (hizo las veces de remember al pasear por la zona y acordarme de los años vividos en esa calle y el parque al que llaman "de los patos"...fue un momento en el que pude imaginarme a mi mismo cual famoso que vuelve a casa y explica lo vivido en cada rincón xD), una comida con mi familia disfrutando de un buen cocido (plato indispensable en cada visita a casa) y la visita de una amiga para probarme una pajarita de su marca Brunelda (enlace a su maravillosa página y productos) para el día siguiente. Si os parece poco aún el día no había acabado pues quedaba visita a mis tíos y cena con tíos y primos en "El Gallego" - bar céntrico de Torrejón- para disfrutar de unas horas juntos.

Al día siguiente amanecí nervioso, las bodas me provocan esas "mariposillas en el estómago" y esa "inquietud por lo que pasará"( ¡qué será de ti cuando te cases! - me decía una amiga con toda la razón-). Me vestí rápido en mi casa...tras varios cambios de planes e ideas previos (que si me voy sin vestir y voy a casa de una amiga a vestirme y salir, que si me visto en casa y salimos directamente, que si, que si, que si...) producto de vivir lejos de la celebración, y finalmente me dirigí a casa de mi amiga donde me encontraría con ella y otro amigo para ir juntos a la iglesia donde se celebraría la ceremonia. La puerta de la iglesia se convirtió por unos instantes en un reencuentro constante con antiguos "chavales" y monitores del grupo scout, todo ello hasta que el coche de la novia se paró en la entrada y vimos a una radiante Patri (la novia, mi antigua monitora) salir de él...era el momento de entrar a recibirla.

La ceremonia transcurrió normalmente...y con el "sí quiero" pronunciado, con unos cuantos ¡vivan los novios! y sin novias a la fuga ni nada por el estilo, nos vimos de nuevo en el pórtico de entrada de la iglesia esta vez con los nervios más calmados, los novios casados, con el objetivo de darles un beso y desearles lo mejor. Desde
allí cogimos un bus hacia donde se celebraría el banquete y la fiesta posterior. De nuevo, el cóctel de bienvenida en el exterior se convirtió en un reencuentro improvisado con antiguas caras conocidas a lo que se le sumaba mis reencuentros personales con personas más cotidianas para mí que ahora no lo son por el hecho de estar viviendo fuera...todo ello hasta que los camareros nos marcaron el inicio de la entrada al salón donde se realizaría la comida y donde pudimos degustar un menú con canelones, carne, patatas, espárragos etc.(los nombres técnicos los dejamos a un lado)...todo ello regado con buen vino y antecedido por la sorpresa de estar participando a medias con los novios en el sorteo de la lotería de ese día.



A eso de las 5 de la tarde, con el estómago lleno (de comida y bebida) y con los primeros cubatas apareciendo en el salón, el ambiente de fiesta se iba caldeando y los novios nos pillaron "in fraganti" empezando el tradicional baile mientras nos dirigíamos a por un cubata...¡la fiesta comenzaba!, y con ella el derroche de pasos de baile, fotos, vueltas y más vueltas, con flashmob incluido (un pequeño detalle para los novios en mitad de la fiesta). Las horas pasaban volando y el nivel de alcohol en el cuerpo iba siendo proporcional a las lagunas sobre la noche pero daba igual...¡estábamos de boda! (en las bo
das hay que emborracharse por educación, decía uno que yo me sé...¡pues eso!). 

Alrededor de las 11 de la noche (creo) las luces de la pista de baile comenzaron a apagarse y encenderse las de una sala normal, lo que nos marcaba el fin de la fiesta en ese local y tras "una búsqueda desesperada de un pendiente" nos dirigíamos de nuevo a un bus que nos llevaría a seguir la fiesta en otro lugar...dicho bus se convirtió en un derroche de canciones scout, otras alabanzas y griterío vario pero sanos y salvos (más "salvos" que sanos) llegamos a Madrid donde seguimos la fiesta hasta aproximadamente la 1 de la madrugada donde unos amigos y yo abandonamos el local para irnos a descansar, que la tarde había sido intensa.

A la mañana siguiente, con algo de "malestar general" y con el mix de imágenes, sonidos etc. de lo vivido la noche anterior me despertaba con la noticia de que mi DNI no estaba en mi posesión lo que provocó que tuviese que hacer otro viaje a Madrid antes del regreso para recogerlo. Y, como también dice el refrán "...y todo pasa"...ya que esa mañana ya sólo quedaban horas del fin de semana...lo que había sido tan ansiado estaba a punto de llegar a su fin...volvía a mi vida inglesa, mi vida de au pair y a mi leche "au pairizada". 

A las 7 menos 20 de la tarde (hora en la que monté en el avión de regreso tras (¡como no!) un pequeño retraso, tras dejar, de nuevo, a mi familia tras la puerta del control del aeropuerto y el consiguiente nudo en la garganta, todo había quedado en un sueño...un sueño que llevo en mi mente y me da fuerzas para continuar...un sueño en el que, de nuevo, tengo que dar gracias a todos los que han participado en él y han sacado un hueco de su tiempo para estar conmigo...un sueño que,en buena parte, tiene que ser aún reconstruido...un sueño de una noche...de boda.

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