jueves, 17 de noviembre de 2016

La ciudad de las mil caras

Clásica pero a la vez moderna, bulliciosa y tranquila, frenética, majestuosa, real, ordenada pero caótica, llena de contrastes, multicultural, abierta, sorprendente, estructurada, cosmopolita, bibrante, diversa, amplia pero escondida, cultural, chocante y familiar a la vez, increíble, a la moda...su propia moda...ecléctica


Todos estos adjetivos pertenecen a un único lugar, un lugar tan especial a la par que inabarcable -pero es algo que me gusta en una ciudad...que sea tan grande que siempre puedas descubrir algo nuevo - estoy hablando (para los que aún no han caído) de, por supuesto, Londres.

Tal y como publicaba en una entrada en Facebook en mi primer viaje a Londres - allá por finales de Septiembre, donde la familia me invitó a un Rivertrip (os acordáis de la necesidad inglesa por poner nombre a todo ¿verdad?...pues eso) por el Támesis o Thames - "Aquí comienza lo que será una relación larga"...y es que así lo viví...siempre había estado enamorado de Londres - los que me conocen bien saben mis ganas por venir de siempre - pero era un amor platónico, como esos que tenemos en la adolescencia...algo que sabes que está ahí pero no puedes o no has tenido la oportunidad de alcanzarlo. Pues ese amor platónico se consumaba en el viaje del que os hablo en el que pude disfrutar de una breve pero intensa jornada viendo  la ciudad de una manera distinta.

Ese día conocí la parte más señorial y clásica del Londres a las orillas del río Thames, ví monumentos destacados como el Big Ben que se levanta señorial por encima del Parlamento...el London Bridge desde una perspectiva muy chula o la archiconocida abadía de Westminster, enclave también muy tradicional y protagonista de numerosos "reales" eventos - sí, aquí todo es Royal, hasta las papeleras tienen el escudito xD - fue un primer contacto bastante bueno, acompañado de las explicaciones de Adrian Osborne a los monumentos que nos ibamos encontrando, que me dejó con buen sabor de ganas y sobre todo de volver para seguir conociendo a mi nuevo amor.

Nuestras siguientes "citas" han sido acompañado de amigos, lo que me ha permitido conocer más caras de Londres...la siguiente vez después del Rivertrip fue una fría mañana de octubre en la que yo estaba nervioso como un niño pequeño...tenía muchísimas ganas de seguir descubriendo Londres y sus rincones y por fin iba a poder hacerlo. Pusimos rumbo a eso de las 10 de la mañana en, como no, nuestros ,amados también, SouthWest trains "calling at London Waterloo".

Al llegar a  Waterloo -que es la estación central de referencia para esta zona, como una especie de Atocha o Moncloa...- se me presentaba una imagen que iba a ser denominador común en las siguientes visitas...el London Eye imponente - por su altura - me da la bienvenida acompañado del Tamesis y, de fondo, el Big Ben y su majestuosa apariencia...¡ya estaba allí dispuesto a comerme la ciudad!. Aquél día descubrí ese Londres turístico y frenético, plagado de turistas - como yo- queriéndose hacer foto con todo lo que encuentran -como yo-, visitamos el Bukhinham palace, Saint James park y alrededores. Después nos detuvimos a la salida del parque decidiendo donde ibamos a poner rumbo y una de las personas con las que iba propuso ir a Candem Town, un lugar al que yo no estaba especialmente interesado en ir...me habían hablado mucho de ello, pero no tenía esa zona de Londres en la cabeza como un lugar de interés.

Así que pusimos rumbo a Candem cogiendo un bus - "eighty eight, calling at Candem Town" - y allí nos plantamos. Al bajar del bus viví otro momento mágico, de esos que te ocurren cuando viajas y descubres un lugar que te encanta, en el que te quedarías siempre y al que siempre quieres volver....ese es Candem Town, un barrio loco, pervertido, diverso, bohemio, a veces clásico pero rompedor, lleno de rincones para perderte y en cuyas tiendas puedes encontrar lo peor o lo mejor...en fin el resumen que utilicé al día siguiente al contarselo a mi hostfamily "I love Candem...you have everything in a place!!" creo que ilustra bien la esencia de ese barrio. Allí comimos y seguimos recorriendo sus callejas llena de sorpresas. Ese día también se me quedó corto, necesitaba más, quería descubrir más caras de esa polifacética ciudad.









Mi siguiente visita grande - porque he ido alguna vez entre semana pero a cosas concretas como el cine o a disfrutar de a Bonfire night que os conté resultó fallida, aunque pude disfrutar del Londres nocturno...¡me siguió enamorando!- sería un mes después acompañado de una amiga española y dos amigas suyas, en la cual nos deleitamos con los pasillos, salas y halles llenos de historia y relatos fantásticos del British museum, un recorrido por la historia de la humanidad...panteones y estatuas griegas, columnas romanas, utensilios del pasado etc...en el sitio que no le corresponde, pero oye ¡queda bonito! xD.

Tras pasar parte de la mañana allí - he de decir que entre relatos de lo que había pasado esos meses, no atendimos mucho a lo que veíamos...¡habrá que volver!- pasamos del más estricto clasicismo y seriedad histórica a , de nuevo, Candem y su perversión (en la foto uno de los grandes contrastes que me resultaron llamativos) esta vez aterrizando en una tienda "marciana" parece sacada de otro planeta, una mezcla entre lo moderno, lo robótico y lo tecnológico, todo junto para crear un ambiente extravagante y único, acompañado por música electro a todo volumen...¡una auténtica experiencia!.

Y es que Londres tiene de todo...a TODOS y PARA TODOS, la gente que habita en sus calles es lo más variopinta que te puedas echar a la cara...por la calle te encuentras con voces provenientes de todos los rincones del mundo, con todas las apariencias y estilos de vestir que te puedas imaginar, todos los estilos de música...lo cual es algo que me encanta.

Resultado seguramente de la globalización - palabra que suelo usar mucho y fenómeno social que me encanta - te puedes encontrar variedad de gente, ropa, idiomas, música...en un mismo lugar y en son de paz. Una pena que parte de la sociedad no lo vea como yo y surjan impedimentos como el Brexit que seguro hará de Londres una ciudad un poco menos multicultural y para mí con un poco menos de encanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario