sábado, 22 de abril de 2017

Mis "Santas semanas"

Como gran parte de las cosas que estoy viviendo este año la Semana Santa no ha sido una excepción y no se podría catalogar como usual para mí...que ¿porqué?...marcada por una decisión: la de no viajar a España y disfrutar viajando por Reino Unido y algunos cambios sustanciales - como que el periodo vacacional de una semana se trastocara y consistiera en una serie de días de vacaciones repartidos en varias semanas ; que la pasión, las marchas, las procesiones, las vírgenes, los cristos (y todo eso con lo que tanto disfruto) se redujeran a los tradicionales "easter hunts", conejitos y huevos (muy dulce pero mis procesiones, son mis procesiones)  y que las torrijas se transformaran en huevos de chocolate (deliciosos pero nunca podrán superar a las primeras) - creo que queda más que justificada que no la catalogue como una semana santa ordinaria para mi.

Pero empecemos por el principio, teniéndonos que remontar a finales de Febrero donde empecé a plantearme los planes para Semana Santa -tras la vuelta para la boda en Marzo, para entonces ya había decidido que no volvería en Semana Santa y aprovecharía para viajar a algún lugar del Reino Unido- y, con ello, empecé a pensar en sacar el tema a Imogen para que me especificase los días que podía tener libres. Entonces se produjo mi primera sorpresa cuando Imogen se acercó a mi con un trozo de papel donde aparecían escritos únicamente tres días -del 29 al 31 de Abril, una semana antes de Semana Santa- y la justificación de que prefería que me fuese cuando Riley aún estaba en el colegio...You know it is easier for me to organice myself with Riley at school / Ya sabes, es más fácil organizarme cuando Riley está en el colegio. A estos días, se le sumaban los bank holidays/festivos del Good friday o Viernes santo y Easter monday o Lunes de Pascua.

Con la sorpresiva información en mi cabeza, me puse manos a la obra para organizar los días -obligadamente repartidos en dos semanas- y aprovechar al máximo el tiempo libre, para lo que eché mano de agenda y contacté con una amiga española vía Whatsapp...

- Tiens algo previsto del 29 de marzo al 2 de abril? 
- De momento no...xq? 
- Porq son mis vacaciones de Semana Santa x si te apetecía deleitarnos con París 
- Claaaaaro! q ilusión!

Y así, en cuestión de segundos, se cerraba mi primer destino en Semana Santa - del 29 de Marzo al 2 de Abril- y junto a la que ,se uniría días más tarde, visita a Cambridge el fin de semana de Easter (15 y 16 de Abril) con varias amigas au pairs, todo ello daba lugar a mis "santas semanas" en esta aventura.

El primero de los periodos vacacionales en París comenzaba con una (¡como no!) "Imogenada" - Imogen Osborne, mujer ocupada donde las haya y a la que se le pasan cosas infinidad de veces...¡Siempre recuerdale todo lo que tengas...se le suele olvidar!, me advertía el anterior au pair el cual sufriría igual que yo sus "idas de pinza" - que consistió en que no se acordaba que me había dado esos días y tuvo que rehacer planes la tarde en que ella y Adrian volvían de su viaje a la costa (yo me iba el día siguiente temprano por la mañana), aunque no fue gran cosa : un cambio en la peluquería y la petición a Oscar (uno de los hijos de Adrian con su otra mujer) que se quedara con Riley la noche siguiente.

Tras rehacer planes, un "present-time" o tiempo de regalos para Adrian -era su cumple el día siguiente - presenciado por toda la familia y donde desfilaron entradas para teatro, varios jerseys y cosas de hombres británicos y una cena en familia en la que Imogen nos volvió a deleitar con una de sus recetas deluxe: chicken casserolle , me dispuse a irme a la cama con una sensación entre excitado - por el gran viaje que se avecinaba- y temoroso - el bus salía muy pronto por la mañana y además me había costado excesivamente poco y no me veía aún en el sin ningún impedimento de por medio-.


Pero los planes fueron tras lo previsto y allí estuve la mañana del 29 de Abril en London Victoria Coach Station con ocho horas por delante metido en un bus dirección a Paris y la gran incertidumbre de cómo sería la experiencia de cruzar el canal de la Mancha (Pero...¿se verá el fondo del mar? ¿Será una carretera normal metida en un tubo? ¿Nos lanzarán a propulsión de una costa a otra?), las preguntas sobre el momento se agolpaban en mi cabeza hasta que pude despejarlas al llegar a la costa Británica por la que cruzaríamos, donde las infraestructuras de metal - no conocidas para mí y con un aspecto de central soviética de operaciones que apuntaban a que nos iban a lanzar definitivamente a propulsión- junto al tiempo lluvioso, la niebla y oscuridad británica crearon un ambiente la mar de misterioso que contribuyeron a incrementar mis preguntas. Todas se despejaron y la situación se hizo menos interesante cuando el bus se metió en un tren, se cerraron las puertas y durante treinta minutos no vimos más que oscuridad a través de las ventanas...estirando piernas con la posibilidad de bajarte del bus...¡eso sí!.

La llegada a la costa francesa me hizo vivir una sensación de estar en casa, a pesar de los kilómetros que tenía hasta España y Torrejón (¡será cosa de haber pisado suelo del continente europeo! -pensé), bueno eso y quizá también contribuyó la agradable temperatura y el sol que me recibieron. Unas pocas horas más tarde - pero menos de las esperadas - estaba pisando suelo Parisino directo a reencontrarme con mi amiga Carmen y su novio que se aproximaban ya a la estación de buses a la que había llegado y ese día solo bastó un paseo a orillas de La Seine o el Sena, un "aperitivo nocturno" basado en alguna de las delicatessen francesas -salchichón y queso entre ellas - para abrir boca en una ciudad que, desde ese mismo momento, ya apuntaba maneras.

Y...¡vaya si las apuntó y las acertó!, París es preciosa...no hay otro calificativo que se me pase por la cabeza y sea más apropiado. Cada rincón, edificio, tienda, monumento, parque, que pude visitar esos días me pareció más bonito que el anterior pero menos que el siguiente - ¡Estoy extasiado de tanta cosa bonita!, llegué a decir a mi amiga uno de los últimos días- .

Es la ciudad de la sofisticación, la elegancia y el refinamiento - aunque luego te des cuenta que a veces puede ser sólo fachada - y, además, tiene eso de Madrid que tanto echo de menos en Londres...sus callejas, sus rincones donde, de repente, te encuentras con mini-terrazas con gente tomándose una caña. Es una ciudad donde te sientes libre gracias a los grandes espacios - parques, plazas...- abiertos por doquier. Es una ciudad que me brindó momentos como un picnic a los pies de su majestuosa Torre Eiffel, un alto en la gran caminata en la que estábamos insertos con vistas a un grandísimo lago, un respiro tras la subida en escaleras al Sacre Coeur o Sagrado Corazón -porque lo necesitas- deleitándome con las vistas de la ciudad del amor o entonar un gran ¡Ohhhh! al llegar al Hotel la Ville -Ayuntamiento-
asombrado por la belleza del edificio. En definitiva es una ciudad de 10 estéticamente hablando que hizo que mi amiga y yo llegáramos a teorizar sobre el carácter parisino -se dice que no es muy agradable y altivo - y su justificación con que vivan en , posiblemente, la ciudad más bonita de Europa (¡como poco!). Además pude refrescar mi francés, volver a darme cuenta de lo que me gusta y sorprenderme de recordar más de lo que pensaba...¡habrá que retomarlo! -pensaba-. Pero todo llegó a su fin y con él las despedidas, los "nos vemos pronto" y ¡como no! el paso por el canal de la
Mancha...¡esta vez en Ferri!, hecho que le dió al viaje de vuelta un tinte melancólico y de recuerdo.


Con mi vuelta de mi primer destino, daban comienzo las vacaciones de semana santa para Riley lo I have done a timetable for you for the next three weeks that Riley has holidays / He hecho una tabla con la organización de las tres semanas siguientes que Riley está de vacaciones -perdona...¿he oído bien? -pensé- ¿tres semanas de semana santa? ¿con Riley todo el día?...debo estar soñando y en Paris aún...¡despierta, Daniel!-. Pero no, estaba donde sospechaba aunque, por fortuna , la tabla estaba llena de eventos -playdates, campamentos urbanos de cricket, de ciencias, de deportes, etc...- y quedaban pocos huecos libres por lo
que la cosa se iba a hacer algo más liviana.
que dió lugar a la segunda de las sorpresas de mis "santas semanas" en Reino Unido la mañana del día siguiente a mi viaje parisino...

Y así pasaron las dos semanas siguientes entre campamentos de 10 de la mañana a 3 de la tarde -lo que me permitió tener tiempo para mi - playdates con amigos - en los que pude seguir conociendo a compatriotras de Riley - así como juegos varios - en su mayoría en el jardín por el buen tiempo, lo que le da otro toque-  con la compañía de Theo, que también estaba de vacaciones.
Por suerte, el tiempo británico (que .
a veces se pone de buen humor) nos regaló un fin de semana "pre-semanasantero" con un sol espléndido en el que la gente se echó a las calles -como podéis ver en la foto, los británicos aprovechan cualquier mínimo rayo de sol, eso sí la crema solar no es de su agrado y ya se pudieron ver las primeras quemaduras e incluso ¡gente pelándose! - y...¡nosotros no íbamos a ser menos!, así que sin dudarlo nos plantamos en la riverside o orilla del río a hacer un picnic y tomar el sol.



La semana siguiente se avecinaba larga- era la semana más libre para Riley, lo que siempre significa más trabajo para mí- pero al final de la misma se produjo la tercera y última sorpresa de mis "santas semanas"  que consistió en tener libre el viernes santo y el lunes de pascua - ya que eran bank holidays o festivos- lo cual, además de mis viajes espacio-temporales nocturnos (zambullirme en internet, básicamente) a la semana santa española (cordobesa, concretamente) aminoraron considerablemente el trabajo de la que se planteó desde un inicio como una semana intensa. Y como colofón a la semana y casi en el final de las "santas semanas" llegaba Cambridge - acompañado por varias amigas au pairs-  una ciudad
universitaria por excelencia y con mucho encanto. De la batalla entre Oxford y Cambridge  -las dos ciudades británicas donde se alojan las do universidades más importantes de Reino Unido y Europa - me quedo con la segunda...los colleges - o facultades - a la orilla del río - lo cuales pudimos disfrutar gracias a una excursión en barca por el río-, los puentes con una y mil historias, las residencias...hicieron que mi decisión se consolidase.

A la vuelta de este último destino de semana santa sólo quedaba dar el brochazo final a las "santas semanas" que consistió en una semana más de Riley en casa (con un campamento de por medio, que no cunda el pánico).

Los compañeros au pais vuelven, llega la primavera, el sol sale más de lo normal, los días se alargan, los juegos se desplazan al jardín, las flores nos invaden...sí, todo parece indicar que nos vamos acercando peligrosamente al último term (o trimestre) del año...HE WE GO!!!!

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