viernes, 28 de julio de 2017

Que quede entre aupairs...De despedidas y cómo tomárselas

Y, de repente...todo aquello que era extraño para ti, a lo que tanto te costó acostumbrarte y que tanto comparabas con lo que tenías antes - en tu casa - eso que muchas veces "maldecías" una y otra vez (a veces, simplemente por el hecho de estar lejos de lo que tu querías), eso a lo que creías que nunca cogerías cariño resulta que ahora es totalmente normal para ti, ya forma parte de tu "cotidianidad" e, incluso, le tienes un cariño especial que siempre quedará contigo. Pero el tiempo se agota y, en menos de que se dice "au pair" , estarás regresando a lo que ya denominas como "tu vida anterior"...si, llegó el momento de la despedida.

Como decía en una entrada anterior..."todo llega y todo pasa" y es que, el au pair - al menos de que decida que su futuro está en el país de acogida porque encuentra una posibilidad profesional allí- está destinado a tener que despedirse de todos sus "host"- family, house,child, mum, dad... (e incluso) country - por que, como la palabra indica, no han sido más (y menos) que eso..."de acogida".

Una "crónica de una muerte anunciada" (la de la despedida), que recreas un millón de veces en tu cabeza durante tu estancia y es un momento deseado en muchas ocasiones - sobretodo al inicio y en los momentos más duros- durante la misma.Un momento que imaginas con alegría y regocijo por volver a tu añorado país...a tu casa. Sin embargo a menudo que vas avanzando en la experiencia (y esta está siendo positiva) la cosa cambia ya que, como he indicado al principio, aquello que antes percibías como ajeno y "extraño" ahora es para ti algo normal y por lo tanto pasa a ser parte de tu vida, pero no sólo la gente, los edificios, la comida,...si no también las formas de ser, los sentimientos que has vivido a lo largo de tu estancia - la ausencia de seres queridos, la nostalgia, los recuerdos-, etc., también en tu mente algo ha cambiado y ya "te has acostumbrado" a ello.

Por lo tanto, la despedida pasa de ser algo alegre a suponer una explosión de sentimientos por doquier...la alegría de volver a ver a los tuyos, de estar en tu casa, etc. se sigue manteniendo pero entre las "rendijas" de la misma va asomando pena y tristeza por abandonar lo que ha supuesto tu casa, tu familia, tu ciudad, tu vecino y , en definitiva, tu vida...durante los últimos meses. Tanto es así que llegas a pensar en tu vida en tu país como algo "anterior" algo a lo que ves de lejos y con cierto aire "extraño"...algo a lo que te vas a tener que "re-adaptar" de nuevo a tu vuelta.

Y una de las peores cosas de "las despedidas del au pair" son su -muy probable- carácter definitivo, ya que es muy posible que no vuelvas a ver a esas personas, andar por esas calles o hacer esos planes, lo que añade un punto de "tremendismo" a la despedida.

Sin hablar del adiós a las relaciones de amistad que se tejen en la experiencia, esas que desde sus inicios - compartiendo penas de hostfamilies - son intensas y se viven como tal por ser , en algunas ocasiones, lo más parecido a "casa" que encuentras en , lo que pretende ser, tu nuevo hogar. En el momento de la despedida de las mismas se produce ese "agolpamiento" de recuerdos en la mente de momentos intensos vividos con esa persona y se entona un ¡adiós!...ese adiós que está lleno de incertidumbre -por la posibilidad de no volverse a encontrar- y que dice mucho más que un "adiós", un "gracias" -por el apoyo y la desconexión a lo largo de este tiempo - un "hasta siempre" -por lo que he comentado antes de la posibilidad de no volverles a ver- y un "nunca te olvidaré"  que ,aunque suene muy "peliculero" es muy verdad, ya que unida a esta experiencia van momentos y esos momentos han estado compartidos -muy seguramente- por esas personas que decidieron en un momento determinado formar parte de tu experiencia y acompañarte en este camino que no es fácil en determinados tramos.

Por ello el adiós a las amistades se hace uno de los más duros tratando de organizar el mejor plan para la despedida (que al final queda en hacer lo de siempre -que es lo que realmente necesita la gente que dice adiós-) y atrasando el momento del "adiós" lo máximo posible hasta los últimos segundos previos a la partida.

Pero, como todo, hay que tomárselo con calma y disfrutándolo...sí, incluso esos momentos de despedida -que irremediablemente tienen que llegar- hay que vivirlos a tope, saber distanciarte un poco de la realidad y ponerles perspectiva, aquí os dejo algunos consejitos (si eres llor@n quizá te venga bien surtirte de pañuelos primero y si no pasa de esto último y vete a los consejos directamente) para llevar estos momentos lo mejor posible:

  • ¡Piensa que volverás!, obviamente tu experiencia au pair probablemente acabe, pero piensa que siempre podrás volver y lo mejor es que lo harás de una forma más relajada - o no- en calidad de turista y por un viaje de placer.
  • ¡Disfruta el momento!, como he dicho antes a pesar de que es un momento "agrio" debes disfrutarlo y tratar de vivirlo al máximo ya que esos momentos -al igual que todos los buenos- tampoco vuelven.
  • ¡Trata de poner perspectiva!, es decir...¡no seas un dramas!, es muy probable que no vuelvas a estar donde estás ni con la gente que estás...pero ¡nada es imposible!. Sufre...pero no demasiado, casi todo en esta vida es temporal y -por desgracia en estas ocasiones- el adiós también es un elemento presente en nuestro día a día.
  • ¡Piensa en lo que viene!, siempre hay nuevos objetivos, nuevas metas, nuevos horizontes que perseguir (más o menos motivantes, eso sí...), así que focalízate en ellos y verás como llevas mejor las despedidas . Hay una frase que ilustra este consejo muy bien...¡lo mejor es lo que viene!.

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